Hace unos días escuché algo que me hizo pensar en cómo nuestros actos a veces se nos regresan, y nos afectan más a nosotros mismos que lo que podrían afectar a quienes nos dirigimos: De lo que se estaba hablando, era de la envidia. Una cosa es tener aspiraciones, o incluso ambiciones en nuestra vida. Nos trazamos una meta en la cabeza y queremos llegar a ella, creando planes y caminos para poderlo lograr.
A veces el más afectado es uno mismo
A veces el más afectado es uno mismo
A veces el más afectado es uno mismo
Hace unos días escuché algo que me hizo pensar en cómo nuestros actos a veces se nos regresan, y nos afectan más a nosotros mismos que lo que podrían afectar a quienes nos dirigimos: De lo que se estaba hablando, era de la envidia. Una cosa es tener aspiraciones, o incluso ambiciones en nuestra vida. Nos trazamos una meta en la cabeza y queremos llegar a ella, creando planes y caminos para poderlo lograr.