¿Demasiado gordo? ¿Demasiado flaco? ¿Demasiado alto? ¿Demasiado bajo? Todos somos “demasiado” en algo… Nos acostumbramos desde pequeños a las comparaciones, atendiendo a que según los ojos de otras personas, deberíamos tender a la perfección… Pero la realidad se impone: nunca vamos a ser perfectos a los ojos de los demás, y la gran mayoría de veces, tampoco a nuestros propios ojos.
Todos somos "demasiado" en algo
Todos somos "demasiado" en algo
Todos somos "demasiado" en algo
¿Demasiado gordo? ¿Demasiado flaco? ¿Demasiado alto? ¿Demasiado bajo? Todos somos “demasiado” en algo… Nos acostumbramos desde pequeños a las comparaciones, atendiendo a que según los ojos de otras personas, deberíamos tender a la perfección… Pero la realidad se impone: nunca vamos a ser perfectos a los ojos de los demás, y la gran mayoría de veces, tampoco a nuestros propios ojos.