Saber cuándo detenernos
La vida está llena de problemas.
Dicen que para saber la calidad de vida que tenemos, podemos medirla por el tipo de problemas que se nos presentan.
El tener problemas no es malo. Nos han enseñado a lo largo de los años a tenerles miedo, a tratar de sacarles la vuelta, cuando en realidad los problemas son obstáculos que nos ayudan a crecer.
Eso sí, hay que tener cuidado con el tipo de problemas que nos enfrentamos, sobre todo cuando nosotros mismos nos los creamos.
Te platico de un ejemplo que leí hace unos días:
Leí en un newsletter que me llega, el caso de personas que acuden a cirugía estética.
Mencionaba que el cerebro está “configurado” para detectar imperfecciones, y cuando nos vemos en el espejo, vemos la cantidad de “asimetrías” que tenemos por ejemplo en el rostro.
Hay personas que desean verse perfectas, y comienzan a acudir a realizarse cirugías en el rostro para tratar de llegar a esa perfección.
Si no acuden con algún médico que sea consciente de esta situación, pudieran enfrentarse a un círculo vicioso en el que nunca llegan a verse en el espejo como creen que deberían.
Cuando llegan a una simetría que de inicio detectan como tolerable, a la vuelta del tiempo el cerebro vuelve a “crearse” la percepción de imperfección, y de nueva cuenta la persona se siente insatisfecha.
El fin de un problema se volvió en el inicio del siguiente.
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Es importante saber cuándo detenernos. Ya sea en un negocio, en un proyecto, en un objetivo, hay ocasiones en las que las cosas no resultan como se desea, y si no nos enfrentamos a ese fracaso, podríamos estar arrastrando indefinidamente una situación que nos quitará energía y recursos para poder lograr nuevas y mejores metas.
De este tipo de experiencias puedes darte cuenta asistiendo y conviviendo con las personas que van a las exposiciones, congresos y convenciones.
Si tienes inquietud para saber cómo participar en este tipo de eventos, déjanos tus datos en nuestra página web y te podremos ayudar en ZEGA a hacerlo en forma exitosa: