Reglas no escritas en la comunicación
Quiero comentarte de dos cosas que me han llamado la atención últimamente, que tienen que ver con la comunicación en dos diferentes canales en particular: Whatsapp y teléfono celular.
Esta herramienta, por la intensidad con que yo en lo personal la uso, se ha convertido en uno de los que más utilizo para comunicarme no sólo con familia y amigos, sino también con clientes y proveedores.
Sé que quizás no es la más eficiente para el trabajo (hay otras como Slack que tienen mucho mejores funcionalidades), pero por la cantidad de personas que usa Whatsapp, es una de las maneras más fáciles y rápidas de contactarnos mutuamente.
Una vez dado este contexto, quiero comentarte algo sobre esta herramienta:
¿Te ha pasado que alguien te manda un mensaje que dice solamente algo así como: “Hola, cómo estás”, y después no dicen nada más hasta que tú contestas ese saludo?
Desde mi punto de vista, dado que estamos utilizando una herramienta tecnológica, no es necesario esperar una respuesta al saludo para poder mandar el asunto por el cual estoy buscando a la persona.
Yo lo que usualmente hago es saludar y en el mismo mensaje enviar la razón por la que estoy escribiendo. De esa manera, cuando la persona tenga tiempo de ver mi mensaje, ya estará ahí la pregunta y ahorramos tiempo para los dos.
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Teléfono
En el otro caso, me encontré hace unos días en Twitter el caso de una persona a la que no le gustaba que le llamaran directamente por teléfono sin antes enviarle un mensaje de texto preguntando si esa persona podía hablar.
En ese caso, mi opinión no coincide con la de ella: yo no le veo problema en llamar directamente por teléfono a la persona. Si ya tengo su número y lo conseguí de una manera válida por una referencia o por tener contacto de tiempo atrás, no me parece mal hacer una llamada, de igual manera me parece que se puede ahorrar tiempo para platicar de algún tema.
Si la persona no está disponible, simplemente no me contestaría, y entonces le enviaría un mensaje de texto para que lo vea ya que esté disponible.
Suena lógico el razonamiento, ¿no crees?
Pues lo que averigüé después cuando la persona explicó un poco más de su postura, me mostró un ángulo que no había pensado:
A ella no le gustaba recibir llamadas directamente porque trabaja mucho desde su celular haciendo videollamadas (creo recordar que daba terapias o consultorías), y si en algún momento le llega una llamada telefónica, se interrumpe su videollamada causándole una molestia para ella y para su cliente.
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Debo confesar que no me esperaba esa respuesta… viéndolo desde ese punto de vista tiene un argumento válido para ella.
Se le recomendó usar ciertas herramientas en su celular para que no le lleguen llamadas inesperadas, y con eso arregló su problema.
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Saber de este caso me hizo ver que siempre debemos estar abiertos a aprender y ponernos “en los zapatos” de los demás para entender sus puntos de vista.
A nuestros clientes en ZEGA los acompañamos a que participen de manera exitosa en sus exposiciones, con tal de que puedan aprender de puntos de vista diversos que les ayuden a enriquecer sus ofertas a sus clientes.
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