¿Quieres saber mucho de un país? Analiza de qué se ríen sus habitantes

Algo que me ha interesado analizar en su evolución desde hace unos años, es lo que está sucediendo con la comedia en México.

Hace tiempo, la escena cómica estaba dominada por lo que sucedía en los medios masivos de comunicación, sobre todo la televisión.

Los comediantes exitosos eran quienes tenían tiempo “a cuadro”, es decir, que tenían presencia en programas importantes o con mucha audiencia.

En ese sentido, la televisión tenía un poder total en ver a quiénes favorecía para hacerlos exitosos, o por el contrario, a quiénes decidía quitar de esos lugares de privilegio para condenarlos a una carrera mucho menos generosa a futuro, si no es que incluso al olvido total por parte de la audiencia.

Tiempo después, las cosas han cambiado.

Con la proliferación de las redes sociales y canales de televisión digital como lo es YouTube, ha ocurrido una democratización de la escena cómica. Los propios comediantes son capaces ahora de crear y crecer su audiencia, para luego capitalizarla con ingresos por visualizaciones en YouTube o Facebook, o por ingresos por pago de entradas a sus shows.

Un ejemplo de ello es lo que ha sucedido con el comediante llamado Marco Polo, o mejor conocido en redes como “Lord Marco Polo”, quien luego de haber comenzado una carrera como actor y productor de teatro, ha aprovechado las redes sociales para posicionarse en un lugar muy especial en la comedia en el norte de México y en general en todo el país.

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Hace unos días vi una entrevista que le hicieron, en la que comentó algo que se me hizo muy interesante:

“¿Quieres saber de qué está hecho un país? Observa de qué se ríen sus habitantes”.

Y esto me llamó mucho la atención por algo que él mismo vivió hace un par de años, cuando iban a ser los procesos de elecciones en Nuevo León, estado donde vivo.

En resumen, él recibió una demanda por parte de una candidata a la gubernatura porque no le gustó una parodia cómica en la que aparecía un personaje en alusión a ella.

Esto sentó un precedente, y nos hizo reflexionar hasta dónde hemos llegado en la intolerancia a una actividad que pretende hacer reír.

¿Cuándo habíamos visto que se le pide más a un comediante que incluso a un político?

Es un reflejo de la sociedad en que vivimos, en que la intolerancia puede llegar a tal grado que nos impida disfrutar incluso de la comedia.

Vale la pena reflexionar al respecto.

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Una manera en que podemos convivir con diferentes formas de pensamiento, es participando en los eventos que suceden en nuestra industria: exposiciones, congresos y convenciones.

Consulta cuáles son las que suceden cerca de tí, y participa en ellas.

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