No todo es lo que parece
Hoy te voy a platicar algo que pensé a raíz de un artículo que escribió Eugenio Garza de la Puente en el newsletter
, que me llamó sumamente la atención.Es algo que ya había pensado yo de alguna manera, pero el caso que él expuso simplemente me dejó atónito por los datos que recabó de una plática que tuvo con el personaje que más adelante te relataré.
Te doy un poco de contexto sobre Eugenio: él es empresario, economista y politólogo por Northwestern, MBA de Kellogg School of Management, y MPA de Harvard Kennedy School. A veces aparecen sus columnas en Whitepaper, en las que nos muestra un punto de vista muy interesante sobre las observaciones que ahí plantea.
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Antes de tocar el tema que mencionó Eugenio en su artículo, piensa un poco en la frase con la que titulé el mail: No todo es lo que parece.
Todos tenemos sesgos en nuestras ideas… puede ser por la familia en la que crecimos, el trabajo que tenemos, la familia que construimos después, los amigos que frecuentamos, el nivel sociocultural en el que nos desenvolvemos, y en general, el contexto en el que estamos.
Lo que pudiera parecer lógico ante nuestros ojos, quizás no es como lo pensamos.
Y ahí es donde entra lo que leí en el artículo que te mencioné.
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Eugenio comentó que en un semáforo por el cual siempre pasa, ve frecuentemente a un malabarista que hace sus trucos y pide dinero a los automovilistas. En ocasiones, él le da dinero cuando pasa.
Hace unos días, Eugenio se acercó con el malabarista para intercambiar unas palabras con él. Le comentó que podría conseguirle trabajo haciendo el mismo tipo de trucos pero dentro del estacionamiento de una plaza comercial, y la respuesta lo dejó sorprendido:
El malabarista le comentó que no le convendría, ya que actualmente llega a ganar hasta $700 la hora… DIARIAMENTE… por realizar sus suertes en los cruces de semáforo. Suponiendo que trabajara cinco días a la semana, esta persona estaría recibiendo alrededor de setenta mil pesos mensuales.
A mí en lo particular se me hizo elevada la cifra, pero aún si ganara la tercera parte de eso, estamos hablando de alrededor de entre veinticinco mil y treinta mil pesos mensuales… Es un sueldo que un recién egresado de una carrera profesional no tan fácilmente conseguiría.
Además, es un ingreso que no le causa retribución al estado por los impuestos, ya que está en la completa informalidad.
Y no sólo eso, aún hay más…
El malabarista le comentó a Eugenio que tiene un vehículo en el cual reparte a otras personas en más cruceros, cobrándoles una cuota por ese servicio… El malabarista ya opera también como emprendedor de un negocio.
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Este ejemplo nos deja ver cómo las apariencias pueden engañar, y no todo lo que pensamos es necesariamente cierto.
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