Los orígenes del éxito
Hace unos días, leyendo el libro “Poder Personal” de Horacio Marchand, me encontré con una frase que se me hizo muy interesante. Horacio dijo lo siguiente:
“A la hora del éxito, se sobreestima al individuo, y en el momento del fracaso, se sobreestima el contexto”.
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En el libro, Horacio comentó los ejemplos de gente como Bill Gates y Steve Jobs, con los que se elevó la figura de cada uno de ellos al grado de considerarlos casi casi unos súper hombres en su respectiva rama, olvidando gran parte del contexto en el que cada uno de ellos logró su éxito:
En el caso de Bill Gates, sin duda un gr programador, se dio la coyuntura de que le aceptaron trabajar en un proyecto para surtir software a IBM gracias a una persona que conoció. Sin ese suceso, muy probablemente no hubiera llevado a Microsoft hasta donde llegó.
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En el caso de Steve Jobs, tenemos que su padre fue un inmigrante sirio, y gracias a que llegó a Estados Unidos, Steve tuvo la oportunidad de nacer en un país que le pudo brindar las oportunidades para llegar hasta donde llegó.
No sólo eso, Jobs fue adoptado por una familia estadounidense, lo cual le agrega una mayor cantidad de ingredientes contextuales a su historia tan particular.
¿Te imaginas qué hubiera pasado si Steve Jobs hubiera nacido en Siria y se hubiera quedado allá, en vez de hacer su historia en Estados Unidos? Seguramente no hubiera tenido los ingredientes necesarios para llegar hasta donde llegó.
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Después de que leí eso que me llamó la atención en el libro de Horacio Marchand, publiqué en Twitter el comentario, y Nazareth Black, quien dirige los destinos de la empresa automotriz mexicana Zacua, me contestó lo siguiente:
“En el caso de las mujeres normalmente es al revés: cuando una mujer tiene éxito se sobreestima el contexto, y cuando fracasa, se sobreestima el papel que la mujer tuvo en ese fracaso”.
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Ese comentario me hizo ver lo mucho que aún se debe trabajar en la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito profesional.
No dudo que vamos en el camino correcto, ya que cada vez se hace más evidente lo que tenemos que hacer en las empresas para “emparejar” el piso, y los liderazgos lo van entendiendo.
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¿Te has puesto a pensar en tu propia historia profesional?
No es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa.
Tomemos todas las experiencias, buenas y malas, para seguir trabajando en construir nuestro camino profesional.
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Una forma de enriquecerlo es acudiendo a eventos como son los Congresos, Exposiciones y Convenciones.
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