Lecciones aprendidas en un festejo de cumpleaños infantil
Ayer llevamos a mi hijo a su festejo de cumpleaños número 10.
Atrás quedaron las fiestas infantiles con piñatas, salón de fiestas, animación con personajes de caricaturas y música de niños con lo que festejábamos a su hermana y a él cuando estaban pequeños.
Ahora, para este año lo que quiso hacer fue ir a una actividad en un lugar que ofrece servicios de “Escape Rooms”, en los que hay diferentes dinámicas y el objetivo principal es resolver una serie de pistas para poder salir exitosos del salón, antes de pasar 60 minutos de tiempo.
En el lugar al que fuimos, había diferentes opciones:
Aventura Jurásica.
Aventura mágica.
Submarino.
Orfanato.
Laboratorio.
Asesino serial.
Sherlock Holmes.
El museo.
Cuando hablé para hacer la reservación, le comenté a las personas que atienden ahí, que mi hijo cumpliría diez años y que sus compañeros tenían también entre nuevo y diez años, para que me sugirieran la dinámica que mejor se adaptara a esas edades en los niños.
Después de platicar con ellos sobre las diferentes “aventuras”, quedamos en que nos reservara la experiencia del Museo.
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Llegamos ayer a las 4:15pm ya que la reservación estaba hecha para las 4:30pm, y todos sus amigos ya se encontraban listos para participar.
Salió una chica que les explicó cómo sería el proceso en el cuarto de juego, les explicó las reglas, lo que podían y lo que no se podía hacer dentro del cuarto, y comenzó su dinámica.
La mamá de mis hijos y yo nos quedamos afuera esperando a que ocurriera todo el juego. No nos pudimos ir de ahí porque comenzó una lluvia muy fuerte afuera del lugar, por lo que decidimos quedarnos ahí.
Mientras pasaba el tiempo, nos dimos cuenta de que el lugar estaba completamente lleno: todos los cuartos estaban ocupados por otros grupos de personas que fueron también a vivir la experiencia, y al parecer no tenían lugar disponible en caso de que llegara gente sin reservación.
Nos dimos cuenta que atendieron un par de llamadas de gente que hablaba para preguntar si había disponibilidad para que fueran al lugar en ese momento, y los empleados de ahí solamente se limitaban a decir que estaba lleno y que no podían atenderlos… inmediatamente después colgaban la llamada.
Y aquí es donde viene la lección de negocios:
¿Qué estaban haciendo mal estos muchachos, si a final de cuentas efectivamente el lugar estaba lleno y no podían recibir a nadie en ese momento?
Si están recibiendo una llamada de una persona que ya le está dedicando tiempo y esfuerzo a preguntar, es porque realmente está interesado en vivir la experiencia. Uno de los activos principales de un negocio (si no es que el más importante), es la base de datos que se puede lograr configurar de clientes, pero también de prospectos. Si en ese momento no había lugar, una de las preguntas que los jóvenes podrían hacer a las personas que hablan, es que puedan dejarles su teléfono y e-mail, y aprovechar estos datos para futura promoción del lugar.
Los empleados tienen acceso a la agenda de disponibilidad, por lo que si en ese momento están llenos, podrían darle opciones a las personas sobre en qué horarios sí hay disponibilidad para que puedan ir, además de también consultar los horarios disponibles en otras sucursales que hay en la ciudad. De esa manera podrían lograr una venta donde parecería que ya está todo perdido.
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Nunca perdamos la oportunidad de crecer la base de datos de prospectos de nuestro negocio, y también la oportunidad de poder vender a nuestros prospectos un servicio similar a lo que nos están pidiendo en caso de que en ese momento no tengamos disponibilidad en el que están solicitando.
¿Te ha pasado algo similar en tu negocio?
Te invito a que lo pienses y veas la posibilidad de atender a esos clientes que parecerían no poder recibir nuestra ayuda de primera mano.
Recuerda que una exposición es un lugar ideal para obtener nuevos prospectos, déjanos tus datos en ZEGA y te ayudaremos a participar en ellas.