Las primeras horas de actividad en el aeropuerto

Tenía ya mucho tiempo de no tomar un vuelo tan temprano.

Hoy es el día que salgo rumbo a Costa Rica para participar en el evento anual de UFI, la asociación global de exposiciones, en su capítulo de Latinoamérica.

El trayecto será en dos partes: debo volar primero a la CDMX para después de ahí trasladarme a San José, capital de ese país centroamericano.

El primer vuelo sale a las seis de la mañana por lo que no quise tener ningún contratiempo y llegué muy temprano: a las 3:30am.

En mi trayecto de la casa al aeropuerto, me topé con varios bares y antros que aún se veían con mucha actividad… personas disfrutando la fiesta y que en este momento que escribo estas líneas, quizás aún estén ahí terminando su noche.

Ya estaban puestas las señalizaciones en la Avenida Morones Prieto para recibir en un rato más a ciclistas y corredores para quienes se bloquea la circulación de vehículos en una gran parte de la avenida todos los domingos, con el fin de que puedan disfrutar por unas horas y de manera exclusiva, de la calle que normalmente es dominada por los automóviles.

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Finalmente llegué a la zona del aeropuerto… dejé mi auto en un estacionamiento de los que describen como de “larga estancia”, y me llevaron a la terminal que me correspondía.

Al entrar, sorprende que un lugar que normalmente esté lleno de gente, a esas horas está completamente vacío. Los mostradores para documentar equipaje aún no tenían al personal de la aerolínea para atendernos, así que no queda más que esperar…

Una vez documentado el equipaje, pasé a la zona de revisión de seguridad antes de poder pasar a la sala de abordaje… y no pude pasar porque lo abren a las 4am, así que también tocó esperar…

Una persona que llegó después que yo, me dijo una frase que describía perfectamente el momento:

“Ni hablar… al que madruga, encuentra todo cerrado”.

Y tuvo razón… al pasar a la zona de las salas de abordaje, todos los comercios los encontramos cerrados… aquí me encuentro escribiendo estas líneas y esperando a que abran cualquiera de los lugares que venden café, para alcanzar a tomarlo antes de abordar mi primer vuelo de hoy.

Con todo, estoy seguro que ese evento que comenzará dentro de unos días, bien vale la levantada temprano… y en domingo.

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