La primera graduación
Estos últimos días he tenido mucha actividad relacionada con el fin de cursos de mis hijos.
Hace días escribí de la experiencia tan buena que tuve con mi hijo Santiago, al concluir su primer torneo de fútbol llegando hasta la final. Fue muy gratificante ver cómo le sirvió vivir tantas cosas junto a sus compañeros de equipo, y lo que significó para él cada paso que fueron dando rumbo a la final, aunque no la pudieron ganar.
Y ahora, te platicaré un poco de lo vivido con mi hija Alexa, en uno de los eventos importantes que ha tenido en su vida escolar: su graduación de la escuela primaria, terminando el sexto año de acuerdo al sistema educativo que tenemos en México.
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Todo comenzó desde el domingo pasado, en el que tuvimos una convivencia con todos los papás y alumnos del salón de mi hija en un lugar con alberca, para que los niños disfrutaran, sobre todo con esta época de calor extremo que hemos vivido en Monterrey y en general en gran parte de México.
Ese día pudimos platicar con gran parte de los papás, y los niños tuvieron la oportunidad de platicar y convivir fuera de la escuela con sus amigos y compañeros.
Esta fiesta se hacía como celebración previa a lo que se viviría un día después, el lunes, en el que se llevaría a cabo el acto académico para la entrega de los diplomas y la despedida oficial de la escuela a los niños que están por pasar al siguiente nivel educativo: la secundaria.
Como parte del programa, se tenía planeado que habría dos discursos por parte de alumnos: uno en inglés y otro en español, debido a la educación bilingüe que se tiene en la institución.
A mi hija le asignaron dar el discurso en inglés, y ya me había comentado que se encontraba algo nerviosa por ello. Hablar en público no es algo que le entusiasme mucho, pero con todo y los nervios lo hizo muy bien, emocionada por el momento (y por supuesto, ¡yo también me emocioné!).
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Después, siguió la entrega a los primeros lugares de rendimiento académico, y aunque yo sabía que Alexa iba muy bien, me sentí sumamente orgulloso cuando le dieron el ¡primer lugar! No me lo esperaba y me dio muchísimo gusto.
Al final, fue momento de las clásicas fotografías individuales y grupales con los compañeros de la escuela y cada niño con sus respectivas familias, para después retirarnos a nuestras casas y nuestros trabajos.
Sin duda este tipo de momentos son de los que está hecha la vida y hay que aprovecharlos: los momentos en que podemos disfrutar y presenciar los logros de nuestros hijos… simplemente para verlos felices.
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Y hablando de escuelas, existen múltiples eventos en los recintos de cada ciudad en que se muestran las diferentes opciones educativas para todo tipo de niveles.
Te recomiendo que busques los que se realicen en tu ciudad, para que puedas participar y enterarte de lo que sucede en este tipo de temas en tu región.
Si tienes dudas sobre cómo participar, déjanos tus datos y te vamos a apoyar: