La importancia de la velocidad de reacción
Ya está publicado el episodio de MUNDO EXPO que grabé con mi estimado Alejandro Basave, socio del despacho de abogados Basave, Colosio, Sánchez, socio cofundador de KOMENKO Startup Lawyers, además de escritor, articulista y conferencista.
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En el episodio, que por cierto disfruté mucho, Alejandro platicó de su historia profesional, de cómo inició su carrera como abogado, así como los retos que a lo largo de los años ha enfrentado, primero trabajando para otro despacho en la Ciudad de México, y luego ya con su propio despacho, rompiendo paradigmas que se tenían (o incluso aún se tienen) con el trabajo que un abogado debe hacer.
Nos comentó sobre cómo esta labor muchas veces nos da “flojera” verla, al ser con temas tan teóricos y en general difíciles o engorrosos.
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Una de las facetas que más me interesó tocar con el en el episodio, fue la que tiene como escritor y conferencista.
Me platicó sobre cómo fue que inició su labor como escritor… cómo a raíz de un suceso complicado debido a la inseguridad de la ciudad, sintió la necesidad imperante de escribir un artículo al respecto para sacar eso que sentía… a partir de ahí, todo se fue dando poco a poco, con colaboraciones en diferentes medios de comunicación, además de tener hasta ahora tres libros escritos también.
A partir de esto, lo han invitado en múltiples ocasiones a participar como conferencista en los eventos de los que tanto platico: en congresos, exposiciones y convenciones.
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Me gustó mucho una de las anécdotas que nos platicó en el episodio:
Como parte de la labor de dar a conocer KOMENKO, la plataforma legal orientada a emprendedores y startups, hubo una época en la que los invitaban a todos lados a platicar de temas legales para este tipo de personas… y si no los invitaban, él y su equipo averiguaban dónde habría eventos en los que pudieran participar, para llevar ahí alguna plática de valor para la audiencia, y seguirse dando a conocer.
Alejandro me platicó que en una ocasión le tocó estar en un cowork en la Ciudad de México donde lo invitaron a dar una plática.
Él llegó a la hora que le indicaron, y para su sorpresa no había siquiera una sola persona sentada en el espacio que habían destinado a su ponencia… Ya le había tocado dar pláticas en donde había audiencias pequeñas: 10, 15 personas quizás… ¿pero cero personas? Ahí sí que de plano no se había enfrentado a un caso similar…
Al ser un cowork, se veían personas trabajando en escritorios que se alcanzaban a ver desde donde él estaba, pero no le estaban poniendo atención a él, sino que cada quien estaba en sus propias cosas… al ser espacios abiertos este tipo de lugares, es común que sucedan diferentes cosas alrededor de donde una persona está trabajando en su computadora.
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Pasaban los minutos… y nadie llegaba.
Las personas por parte del cowork le decían: “no te preocupes, vamos a dar tiempo para que la gente llegue… en unos minutos más deben haber personas sentadas para escucharte”.
Pero seguía pasando el tiempo y lo mismo… la gente no llegaba y Alejandro estaba pensando en si era conveniente comenzar a hablarle al aire, o irse, o alguna otra opción por hacer.
En ese tipo de casos es cuando la creatividad aparece… cuando las condiciones son adversas y estamos presionados por las circunstancias para resolver los obstáculos que se nos presentan, y tenemos el tiempo limitado para hacerlo.
A Alejandro se le ocurrió una jugada muy interesante: le preguntó a su contacto del cowork cuántas personas trabajaban ahí, como empleados del lugar… le respondió que como seis personas. Acto seguido, Alejandro le pidió que le hablara a todos ellos, y se sentaran para formar la audiencia y poder comenzar con la conferencia.
Alejandro comenzó con su plática, pero no se quedó ahí… tomó una idea de lo que hacen algunos comediantes cuando se presentan en lugares como El Unicornio Azul en Monterrey, o la Casa de los Comediantes en la CDMX: durante su plática, y de manera intermitente, comenzó a hablarle directamente a las personas que estaban trabajando en el cowork:
“A ver tú: el de la computadora roja… ¡buenas tardes! ¿Por qué no te vienes a trabajar de este lado? ¡Cobramos lo mismo que allá! Vente mejor para acá… y tú, el de chamarra azul, ¿no quieres venir acá que está mejor la iluminación?”
Y así fueron llegando poco a poco más personas, hasta que se convirtió eso en una audiencia mucho más nutrida que al principio. No se llenó, pero sí se convirtió en una mucho mejor experiencia.
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Este tipo de detalles es lo que muchas veces nos topamos: circunstancias que no nos esperábamos, y que nos obligan a enfrentarnos a ellas con creatividad e innovación.
De ese tipo de ideas están llenos los eventos: las exposiciones, los congresos y las convenciones. Al participar en ellos, descubrimos personas que nos enseñan nuevas cosas que podemos aplicar en nuestra vida personal y profesional.
¿Quieres participar en ellos? Te dejo la página web de ZEGA para que puedas contactarnos. Te podemos ayudar a hacer de tu participación un éxito:
Además, te dejo aquí el link para que veas en Youtube la plática completa que tuve con Alejandro… Vienen muchas más ideas y experiencias que nos compartió: