Estar en el lugar indicado en el momento indicado
Es muy curioso cómo de repente se acomoda todo para que ciertas cosas sucedan.
Te voy a platicar algo que me sucedió el día de ayer, y que es un ejemplo de esto que te comento.
Actualmente como bien sabes, estamos en temporada vacacional en cuanto a los niños que están en edad escolar.
En México, los niños volverán a clases a finales de este mes de agosto, alrededor del día 28.
Para que pasen tiempo entretenidos con actividades divertidas, a mis hijos los inscribimos en un curso de verano. Van de 9:30am a 2pm, de lunes a viernes.
Ayer fui por ellos, pero hubo un pequeño cambio: en vez de regresar a mi casa por la ruta de siempre, tomé una ruta diferente para llegar a un banco a sacar dinero del cajero automático.
Y aquí es donde comenzó la experiencia…
Saliendo del cajero, tomamos de nuevo camino hacia la casa, y observé a una señora que llevaba cargadas unas bolsas e iba corriendo tratando desesperadamente de alcanzar a un camión que estaba recogiendo gente en la parada designada, a unos cincuenta metros de donde estaba la señora.
Se veía su cara de desesperación porque estaba corriendo de subida, se veía imposible que alcanzara al camión antes de que éste renovara su camino.
Entonces… parece que mi hija y yo sincronizamos pensamientos, ya que ella expresó con su voz lo que yo ya tenía en mi mente:
“¡¡Papá!! Rápido, sube a la señora y hay que alcanzar el camión”.
Sin pensarlo mucho, quité el seguro de mi vehículo, me coloqué al lado de la señora, abrí la puerta del copiloto y mis dos hijos y yo le gritamos: “¡¡SÚBASE!!”
La señora volteó extrañada pero en verdad no lo pensó mucho… creo que en dos microsegundos evaluó la situación: un papá con dos niños pequeños representaban menos riesgos que ella perdiendo el camión, y se subió.
Arrancamos… el camión había iniciado su marcha.
Soné el claxon, encendí las luces intermitentes y los faros delanteros, le gritamos… y funcionó.
El camión detuvo su marcha y logramos el objetivo.
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Yo no sé si la señora tenía a algún familiar enfermo, o tenía que llegar a una cita, o quizás sólo quería ir a comer, pero si no hubiéramos cambiado nuestra ruta habitual, ella no hubiera podido tomar ese camión.
Y ese tipo de cosas impredecibles suceden también en las exposiciones, congresos y convenciones.
Uno no sabe a quién vamos a encontrar.
Pero muy buenas cosas pasan cuando estás en el lugar y momentos indicados.
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