En un instante puede cambiar todo
Te voy a platicar algo que me sucedió ahora que estuve en la Ciudad de México en el marco de la AHR Expo México. Es ese tipo de cosas que te hacen reflexionar y poner las cosas en perspectiva.
En el último día del evento, después de la última actividad, era momento de salir del Centro Citibanamex, para continuar la jornada en una cena que tenía programada.
Salí solo, y noté que iba a ser muy tardado y caro esperar el UBER justo en el recinto, por el tráfico que había de autos y por la gran cantidad de gente solicitando el servicio al mismo tiempo.
Lo que hice fue caminar unas cuadras para separarme del problema de tráfico y de la demanda alta de UBER fuera del recinto.
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Llegué a una parada de transporte público, bien iluminada y que se veía segura, y ahí solicité mi UBER.
Se aceptó mi solicitud e indicaba que el chofer me recogería en unos diez minutos.
Cinco minutos después de la solicitud de viaje, estaba monitoreando desde la App al vehículo que llegaría por mí, cuando de pronto escuché un fuerte golpe a mi lado izquierdo, como a unos veinte metros. Acababa de ocurrir un fuerte choque entre dos autos.
Me aproximé porque del vehículo que estaba más dañado, descendieron dos personas, una pareja de hombre y mujer, y ella estaba visiblemente afectada por lo sucedido.
Se encontraba al parecer bien físicamente, pero estaba respirando de forma muy agitada y no podía tranquilizarse. El hombre que la acompañaba también estaba algo afectado pero trataba de hacer lo mejor posible por tranquilizarla.
Entre varios de los que estábamos ahí les ofrecimos ayuda, acompañamos a la mujer a que se sentara en la parada de camión donde había una banca, y estábamos atentos a que pudiera tranquilizarse poco a poco.
Coincidió también que pasaba una ambulancia que se detuvo al ver los vehículos chocados, y bajó de ella un paramédico para verificar si se requería auxiliar a alguien.
Todo esto ayudó para que la mujer poco a poco se tranquilizara, y nos relatara su experiencia: cómo percibió todo negro cuando las bolsas de aire se desplegaron frente a ella, y el miedo que la envolvió cuando creyó que algo muy grave le iba a pasar.
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Afortunadamente no pasó nada grave… pero sin duda este tipo de cosas nos ponen en perspectiva para saber que en un segundo, nuestra vida puede cambiar drásticamente o incluso terminar.
No hay tiempo qué perder, debemos aprovechar cada oportunidad en nuestra vida para realizar actividades que nos gusten.
A mí por ejemplo me encanta participar en exposiciones, y si tú deseas también explorar esta posibilidad, déjanos tus datos para que te podamos apoyar: