El frío no existe
Hace unos días vivimos una onda de frío proveniente del norte del continente.
Hubo una masa de aire polar que atrávesó Canadá, Estados Unidos, y luego nos tocó también en el norte de México.
Yo vivo en Monterrey, capital del estado de Nuevo León, región ubicada al noreste de México. Aquí pasamos alrededor de una semana con lluvia ligera, vientos fríos, adelantando un poco más de lo normal la temporada navideña.
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Ese tipo de días es cuando nos sucede el fenómeno de que se nos “pegan las sábanas”. En la mañana se nos hace más complicado levantarnos de la cama para comenzar nuestras labores.
Yo tengo dos hijos, una de once años y otro de diez, y es toda una odisea hacerlos que se levanten para ir a la escuela en épocas de frío… me atrevo a decir que casi con todos los niños debe pasar lo mismo.
En especial a mi hija Alexa le toma mucho más tiempo arreglarse… ella se toma las cosas con más calma normalmente, y su velocidad se reduce todavía más cuando el clima está en pocos grados centígrados sobre cero.
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Un día en especial que se estaba tardando mucho, de plano le dije que acelerara más, y cuando me quiso argumentar que hacía mucho frío, yo le dije: “el frío no existe”, como un reflejo para tratar que hiciera las cosas más rápido, y de ahí comenzamos un intercambio de ideas muy interesante:
“¿Cómo que el frío no existe?”, me dijo… “Estás loco papá… ¿entonces qué es esto que sentimos?”
Le comenté que en realidad lo que existe es el calor. Lo que llamamos “frío”, es la falta de calor.
“Oh!! Eso no lo había pensado papá… otra pregunta: ¿por qué nos tiembla todo el cuerpo cuando sentimos frío, o falta de calor?”
Ahí sí me puso a pensar más…
“Bueno hija, supongo que el cuerpo se está defendiendo de la falta de calor… debe subir su temperatura para funcionar correctamente, y si no estás caminando o corriendo, el cuerpo supongo que debe “vibrar” para generar fricción, y de esa manera elevar su temperatura…”
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No sé si estuve en lo correcto en ese argumento, pero me gusta que mis hijos me reten, que nos pongamos a tratar de pensar y deducir cómo funcionan las cosas antes de simplemente buscar en Google.
Lo mejor de todo es que se distrajo del “frío”, se concentró en otro tema y logré que acelerara su velocidad para poder salir a tiempo a la escuela. Se logró el objetivo a pesar del frío… o de la falta de calor.
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Y una manera muy buena de descubrir cómo funcionan las cosas, es asistir a los eventos líderes en los temas que nos interesan.
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