El 90% lo pones tú, y el 10% lo debe poner tu contraparte

¿Recuerdas la película llamada “Hitch”?

Esta película salió hace años, y fue protagonizada por el actor Will Smith. Ocurrió en aquellos años cuando este actor era de los más taquilleros en Hollywood, mucho antes del grave suceso que protagonizó en los premios Oscar, cuando golpeó al presentador y comediante Chris Rock luego de un comentario que no le gustó sobre su esposa. (Uno de los sucesos más bochornosos de la televisión en vivo).

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Volvamos a lo de la película:

La historia trataba de una persona (interpretada por Will Smith), que se dedicaba a asesorar a los hombres que tenían muchos problemas de confianza para acercarse a las mujeres con fines amorosos.

Les daba muchos tips, les enseñaba trucos, les preparaba sorpresas, todo con tal de poder dar el primer paso de manera exitosa, para luego generarles confianza y a partir de ahí, ellos solos pudieran ya encaminarse en su nueva relación sentimental.

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Hitch tenía ciertas reglas:

• No podía colaborar en mentirle a las mujeres sobre la realidad del hombre en cuestión. Sólo se enfocaba en fortalecer sus virtudes.

• No ayudaba a hombres que sólo buscaran tener sexo con la mujer que les interesaba. Sólo ayudaba a quienes buscaran una relación a largo plazo.

• El cliente debía comprometerse a seguir al pie de la regla los consejos que Hitch le daba.

• Si en algún momento no se cumplía alguna de estas condiciones, Hitch no participaba.

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Y aquí viene la regla más importante que les recomendaba para lograr el objetivo.

Una vez que pasaba el proceso, y el hombre ya estaba a la puerta de lograr el primer beso con la chica, tenían que lograr algo más:

Cuando se acercaran a los labios de la mujer, tenían que detenerse un poco antes de dar el beso, por una razón FUNDAMENTAL: la chica tenía que poner ese 10% final, para sentir que eran ellas quienes también estaban dando un paso importante.

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Esto nos deja una lección importante también para los negocios:

Cuando estamos en una negociación con un cliente, o incluso con un socio, debemos dejar espacio para que nuestra contraparte ponga también algo importante para concretar el acuerdo.

Si somos sólo nosotros los que siempre damos, y la otra parte nunca pone nada, es una relación que más temprano que tarde va a fracasar.

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