Costos y gastos de mantenimiento
La mayoría de quienes me están leyendo en este newsletter y yo que lo escribo, somos personas privilegiadas ya que entre otras cosas, contamos con un vehículo para movernos en la ciudad donde vivimos para atender pendientes:
Ir al trabajo.
Ir a hacer deporte.
Llevar a los hijos a la escuela o a diferentes compromisos.
Traslados a paseos el fin de semana.
Trámites por hacer entre semana.
Y un largo etcétera.
Para que nuestro vehículo funcione, es necesario no sólo ponerle gasolina y aceite, sino cada cierto tiempo requiere de gastos adicionales de mantenimiento.
¿Qué pasaría si no realizamos ese mantenimiento?
¿Qué sucede si sólo pensamos en la gasolina y descuidamos cualquier otro gasto de mantenimiento en el taller para nuestro automóvil?
Estamos destinando al vehículo a una vida corta…
Tarde o temprano, el auto comenzará a fallar y requerirá mantenimientos correctivos (ya no preventivos), que podrán ir desde cosas sencillas pero lo más probable es que pudiéramos llegar a cosas tan graves como estropear el motor u otras piezas, o incluso sufrir algún accidente por fallas en el auto durante un trayecto.
Así de importante es el mantenimiento preventivo.
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Ahora, cambiemos este razonamiento que hicimos para nuestro auto y traslademos el mismo razonamiento pero para nuestro cuerpo…
¿No crees que tu cuerpo y tu mente, el vehículo que nos está cargando mientras vivimos en esta tierra, necesita también su mantenimiento?
Si todos los días lo sometemos al estrés del trabajo, a las obligaciones diarias, le pedimos energía para hacer deporte y atender pendientes, ¿no sería justo que nos preocupemos por darle también su debido mantenimiento?
Nuestro cuerpo es muy noble. Nos aguanta:
Desveladas.
Estrés.
Fracturas.
Mala alimentación.
Borracheras.
Aguanta cigarro y otras drogas.
Pero…
Así como con un automóvil, llega el momento en que sí le falta mantenimiento, la máquina truena.
Y entonces… el “mantenimiento correctivo” se vuelve carísimo. Además de peligroso porque puede tener consecuencias para toda la vida, o incluso que nos cuesten la misma vida.
¿Cuál es el mantenimiento que debemos procurarle a nuestro cuerpo?
Buena alimentación.
Descanso adecuado.
Rutinas agradables para nuestro cuerpo.
Ejercicio.
Y procurar recursos para consentirlo un poco (vacaciones, cenas, comidas, reuniones, todo a la medida de nuestras posibilidades).
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Una muy buena manera de consentirnos también, es acudiendo a las exposiciones y congresos líderes en nuestra industria.
A mí ese tipo de viajes me abren muchas posibilidades…. los tomo como vacaciones incluso.
Si tienes duda de a qué eventos me refiero, déjanos tus datos en la página web de ZEGA y te ayudaremos a ver la mejor manera de participar: