¿Cómo se puede crear un vínculo entre cliente y establecimiento, más allá de la sola venta?
Mi hijo es un amante de los chilaquiles.
Los chilaquiles son un platillo tradicional que se sirve en México, sobre todo para la hora del desayuno, y consiste en tortilla partida en pedazos pequeños, servidos con salsa (puede ser roja o verde), y además adicionando cebolla, crema, queso y otros ingredientes al gusto de quien los está pidiendo.
En muchos lugares también se les puede agregar pollo o huevo, e inclusive me ha tocado ver que se le pone también chicharrón o carne, entre muchos otros ingredientes.
Mi hijo se ha convertido en un “catador” de chilaquiles.
Cuando llegamos a algún lugar nuevo, o llegamos a ir de viaje a alguna otra ciudad, una de las primeras cosas que quiere probar para comer, son los chilaquiles de ese lugar que estamos visitando… Tiene una afición por probar diferentes clases de chilaquiles para incrementar sus conocimientos gastronómicos “chilaquilísticos” de todo México.
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En Monterrey, él por lo pronto tiene unos chilaquiles favoritos: los venden los domingos en un puesto itinerante que se pone en una feria llamada “San Pedro de Pinta”, que sólo se pone ese día a iniciativa del municipio.
En ese lugar se instalan muchos toldos a modos de stands, y los habitantes de San Pedro Garza García tienen la oportunidad de establecerse ahí para vender sus productos, entre ellos puede ser comida también.
Mi hijo se aficionó desde hace varios años a los chilaquiles de ese puesto en particular.
Por más que ha probado otros en diferentes lugares, sigue diciendo que sus favoritos son esos.
A mí en lo particular no se me hacen algo del otro mundo… estoy seguro que hemos probado otros que son mucho mejores, por lo que me puse a pensar por qué para él son tan importantes estos chilaquiles, y percibe que le ganan a muchos otros que ha probado.
Llegué a la conclusión que en este caso, más allá del mero sabor de los chilaquiles, su experiencia se ha complementado con muchas otras cosas:
El lugar donde los venden, es un espacio donde los niños pueden realizar diferentes actividades y disfrutar de muchos juegos.
Las personas que atienden el puesto son una pareja de esposos que tratan de forma sumamente cariñosa a los niños que llegan acompañados por sus papás a comprar… Los tratan muy bien, casi como un par de abuelos tratarían a los nietos que llegan a visitarlos.
A San Pedro de Pinta también acuden muchas mascotas a pasear, y a mi hijo le encantan, por lo que estoy seguro que ir ahí también le gusta por poder convivir con los animales.
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Todos estos factores hacen que para mi hijo, la experiencia de ir a esos chilaquiles no sea sólo limitada a comerlos, sino a disfrutar de todo lo que está alrededor de ir a comprarlos.
¿Qué cosas podemos hacer nosotros para enriquecer la experiencia de compra de nuestros clientes, de manera que no sólo se acerquen a nosotros meramente por el producto o servicio que tenemos?
Estoy seguro que si descubrimos esas cosas adicionales que podemos hacer por ellos, estaremos ayudando a que los clientes regresen en el futuro cercano.
Si participas en una exposición o evento, hay cosas que puedes hacer para crearle al cliente una experiencia “WOW” al visitarte.
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