Cambios en el negocio de la música a partir de las plataformas digitales

Hace unas semanas vi en Netflix la serie llamada “The Playlist”, en la que se platica la historia del nacimiento y posicionamiento de la empresa Spotify, ahora un gigante de la música a nivel mundial.

En la serie se comenta cómo desde Suecia se creó la aplicación que hizo posible disminuir de una manera muy importante la situación de la piratería pudiendo incluir a las compañías disqueras en un modelo de negocios digitales que hiciera viable para ellos el poder apoyar algo que hasta entonces representaba un gran dolor de cabeza para su negocio.

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Esto me llevó a reflexionar cómo a lo largo de los años ha cambiado el negocio de la música para las empresas disqueras:

Hace décadas, el negocio se sustentaba en la venta de discos, cassettes y CD’s.

Las disqueras producían los materiales, y al venderse compartían parte de las ganancias con los autores e intérpretes. Prácticamente no tenían otra necesidad de negocio, los shows en vivo corrían por cuenta de otras empresas e incluso de los propios artistas, estando las disqueras al margen de ello.

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En los inicios de los años 2000, se comenzaron a encontrar con un gran problema: la piratería digital.

Las ventas de discos, cassettes y CD’s se vieron seriamente afectadas por la reducción de la demanda, dado que mucha gente comenzó a obtener los audios de manera ilegal por internet.

Además, también la proliferación de piratería de CD’s por el bajo costo de hacerlo, hizo que personas aún sin tener computadora pudieran acceder también a toda la música a un costo muy bajo.

Un reflejo de ello eran los premios que las disqueras daban a sus artistas para entregarles los famosos discos de oro, plata o platino por niveles de venta. Si antes se los entregaban por ventas de cientos de miles de piezas, luego de los problemas por piratería cambiaron los estándares, para darlos por decenas de miles de copias vendidas en vez de hacerlo por cientos de miles como antes. Ahí se notaba la disminución de ventas.

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Con la incursión de Spotify en la escena musical, cambió esa situación: fue fácil para la audiencia poder accesar a la música que quería escuchar, con buena calidad y velocidad, sin ser piratería.

Con esta situación, cambió el esquema de negocios en el rubro de la venta de discos. Ese concepto casi se eliminó, por lo que las disqueras tuvieron que modificar los contratos para los nuevos artistas que firmaran con ellos, y negociaron con sus artistas que ya tenían, para realizar contratos “360”, en alusión a “360 grados”, en los que manifiestan que ahora se involucran en muchos otros aspectos en los que antes no lo estaban:

• Reproducciones de música digital en plataformas.

• Monetización de anuncios en canales de YouTube.

• Mercancías promocionales de los artistas.

• Ganancias por shows.

• Colaboraciones con otros artistas.

• Y mucho más.

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Un cambio tan profundo en la industria significó una pérdida de poder muy grande para las disqueras

Al día de hoy, podemos encontrar a muchísimos artistas que se lanzan de forma independiente, creando sus propios canales de comunicación en redes sociales sin necesidad de una empresa grande que los respalde.

Y aquí lo más interesante:

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