Viajar tiene un efecto interesante.
Cuando salimos de la rutina, nos damos la oportunidad de vaciar nuestra cabeza de diferentes cosas, con el fin de estar abiertos a que entren nuevas ideas, que nos ayudarán a crear conexiones e innovar.
Hace unos días tuve la oportunidad de ir a visitar a mi familia en Guadalajara, llevar a mis hijos y que pudieran visitar a sus abuelos, a sus tíos y primos.
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El viaje inició en carretera, y desde ahí ya se comienza a vivir una experiencia interesante.
Por mi trabajo, procuro estar conectado casi todo el tiempo, estando localizable a través de whatsapp o celular.
El hecho de tener oportunidad de estar solamente atento a lo que pasa en el camino, disfrutar del paisaje y estar platicando con los niños, comienza siendo una muy buena experiencia para ellos y para mí.
Nos damos la oportunidad de ir platicando cosas que normalmente no nos damos tiempo para poderlo hacer.
En el día a día de la rutina normal, a veces no nos damos la oportunidad de poder platicar de cosas que nos preocupan, de deseos que queremos cumplir a futuro, o simplemente de cosas que nos interesan.
Inclusive cuando se realiza un viaje en avión, se siente diferente la dinámica, ya que al ir al aeropuerto y estar ahí atento a que salga el vuelo a tiempo, pasar por diferentes filtros de seguridad y en general estar alerta a lo que sucede, se pierde esa sensación de poder estar tranquilo.
En carretera, cuando tenemos trayectos de varias horas enfrente de nosotros, parece que el tiempo se detiene. Nos da la oportunidad de despejar la mente, estar abiertos a conversar de cosas que nos vienen a la cabeza sin la presión de estar alerta por diferentes estímulos.
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Además, si tomamos en cuenta que la época de pandemia nos obligó a estar prácticamente encerrados durante muchos meses, la sensación que llegamos a tener por el hecho de poder salir y disfrutar de los viajes, es mucho mayor.
“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”, dice una frase. Y en esta época que estamos aún terminando de pasar, pude ver que es muy cierta.
Cuando antes era muy común poder tomar el carro e ir a un viaje en carretera, o poder viajar en camión o en avión, de repente nos quitaron esa libertad y al vivir tanto tiempo encerrados, pudimos atesorar lo importante que era esta posibilidad.
Ahora el reto está en podernos dar tiempo para poderlo disfrutar.
En mi área de trabajo, tuvimos un cierre total de actividades en cuanto a las exposiciones durante la pandemia, y ahora estamos completamente del otro lado del péndulo: con muchas actividades en todo el país, que nos están ayudando a reponer los tiempos malos de la pandemia.
Con esto, el reto se tiene ahora en poder darnos tiempo para despejarnos un poco, recargar pilas y refrescar la mente con nuevas ideas que nos ayuden no solo en lo profesional, sino también en lo personal.
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Si tienes oportunidad, VIAJA. No importa si es cerca o lejos, lo importante es darte la opción de ver cosas nuevas, generar ideas diferentes y regresar con las pilas recargadas a tu actividad del día a día.
Si ya estás pensando en tu próximo viaje, recuerda que una actividad que puede enriquecer mucho tu experiencia, es asistir a una exposición, congreso o convención fuera de tu ciudad de origen.
Conocerás muchas personas que te ayudarán a mejorar en tu negocio y en tu vida profesional y personal.
Si quieres ayuda para participar en este tipo de actividades, no lo dudes y escríbeme a: paco@mundoexpo.mx , con gusto te ayudaré para hacer de esa experiencia todo un éxito para tí.